Por Alex Trujillo
Los cronopios son seres ingobernables, siempre conspiran en contra de la paz y el orden. Cierto día en una ciudad de calles empinadas, un cronopio caminaba distraídamente y se encontró que un grupo de cronopios que tocaban tambores mientras algunas esperanzas y otros cronopios danzaban frente a la estación de las famas policías. Este acto de ruidosa rebeldía molestó severamente a las famas policías que de inmediato organizaron un operativo antiterrorista, rodearon el objetivo y establecieron rápidamente los pasos para poner en orden a estos enemigos de la tranquilidad pública.
El cronopio que caminaba en dirección hacia donde la cumbia reunía a las esperanzas y los cronopios, se mantuvo distante como quien observaba una pintura. Las famas policías utilizaron gases y porras para terminar la fiesta, pronto se vieron heridos y mientras las esperanzas corrían, los cronopios se oponían a la acción policial, los tambores fueron dañados y pronto todo mundo huía de la escena. El cronopio observador decidió reclamarles a las famas su exceso de fuerza contra las pobres esperanzas, pero fue duramente golpeado. En el suelo, este cronopio intentó pararse y se dio cuenta que de la agresión su pierna derecha había desaparecido. Los cronopios y esperanzas lo rodearon rápidamente, la ambulancia llegó y varios días duró este cronopio en el hospital.
Los cronopios suelen ser un poco obstinados, y pronto este cronopio se paraba en su única pierna. Las tardes se hacían muy aburridas en la casa del cronopio, pues sus amigos cronopios y esperanzas se reunían a hacer fiestas, mientras él se quedaba en casa. Un día se animó a salir a la calle y notó que podría tener éxito en el milenario juego de la rayuela. Allí donde veía a niños jugando, les pedía que le permitieran participar, su talento para este juego le ganó una fama que traspasaba las fronteras de la ciudad. Cierto día mientras saltaba del 1 al 3 luego al 5, le salió nuevamente su pierna derecha, cuando esto sucedió, él sintió que su carrera de jugador de rayuela había terminado y como por arte de magia, saltó de 5 a CIELO siendo impulsado hacia las nubes como si efectivamente se dirigiera a las alturas.
Cerca a la ciudad de empinadas calles, en una ciudad vecina de edificios y avenidas, un cronopio caminaba como suelen caminar los cronopios, distraído y presuroso. Pensaba en la noticia de los días pasados en el periódico, donde se referían al talento para el juego de la rayuela de un cronopio de una sola pierna. Dicha historia de superación, le había inspirado y quería aprovechar su excelente capacidad en el diseño de cuadritos con números para dibujar por las calles miles de rayuelas para que los niños jugaran. Pero en esta ciudad, las famas habían instalado cientos de cámaras de “seguridad” para evitar que sus lindas avenidas y paredes grises fueran rayadas por inadaptados. En su camino, que realmente no tenía rumbo fijo, se cruzó con una chica cronopio, la cual jugaba rayuela en un parque.
Dos cosas le sorprendieron, primero que fuera una chica cronopio, jamás había conocido una y, la rayuela que jugaba no tenía números, sino letras. Los cuadros estaban chuecos y las letras se veían como garabatos incomprensibles. De repente mientras conversaban sobre política, el precio de las tizas y la corta existencia de las pompas de jabón, del cielo fue cayendo rápidamente una figura verde hacia donde ellos estaban que resultó ser un cronopio. Al caer al lado de ellos, el cronopio y la chica cronopio corrieron a auxiliar al cronopio que había caído del cielo, él se disculpó de su manera de llegar, pero les contó que misteriosamente fue impulsado por una rayuela desde la ciudad de empinadas calles hacia la ciudad de edificios y avenidas, los dos cronopios se dieron cuenta de inmediato que este cronopio forastero era el mismo que días antes había salido en el periódico, les inquietó que ya tuviera dos piernas y entablaron conversación, por horas el cronopio forastero les contaba historias de famas policías y cronopios músicos que resistían la represión. Les habló del Poder Popular, de caminar la palabra y de cómo había logrado tanta popularidad jugando rayuela.
Les propuso que crearan un Club de cronopios encargado de llenar las paredes y avenidas de la ciudad con rayuelas multicolores de todo tipo para que los niños y niñas esperanzas y cronopios se pudieran divertir, sin tener que pedirle a los niños y niñas famas sus juguetes. Pues, es conocido que por su bajo nivel económico los papás de las esperanzas y los cronopios no podían comprarles juguetes ni en navidad, ni en el día de los niños, ni en ningún día; por lo que los niños y niñas esperanzas y cronopios estaban obligados a que los niños y niñas famas quisieran jugar con ellos.
Cada uno compartió sus conocimientos para tener el mayor éxito en su tarea. El cronopio forastero tenía talento para saltar en una pierna, la chica cronopio sabía cómo funcionaban las rayuelas con letras y el otro cronopio era un excelente diseñador de cuadros y numeritos, por lo que estaba garantizado el éxito de dicho Club. Sus acciones subversivas y poéticas comenzaron a preocupar a las famas gobernantes y famas policías que no comprendían por qué su homogénea ciudad comenzó a ser adornada por rayuelas multicolores. Como parte de su programa de Seguridad Democrática la fama gobernante dispuso un decreto que prohibía saltar en vía pública. Por lo que todos los habitantes de la ciudad se preocupaban de mantener pegados al suelo para evitar las torturas de las famas policías y las famas para-policías.
Dicha organización clandestina es muestra de lo peligrosos que son los cronopios para el orden y la paz de la patria, por lo cual esperamos su colaboración en la denuncia de cualquier reunión sospechosa que pueda ver de dos o más cronopios. Esperamos su colaboración.
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