jueves, 3 de febrero de 2011

¿Qué le espera a Egipto?




El mundo no salía de su asombro tras las protestas tunecinas, cuando las calles de El Cairo se llenaron de manifestantes que durante ocho días han puesto a tambalear la estructura política de Egipto. El gobierno de Hosni Mubarak ha cedido a la presión popular y tras el guiño del gobierno de Obama al inicio de una transición "democrática", aceptó el llamado a elecciones con la promesa de no participar.

La situación política internacional toma un nuevo color, pues Egipto es desde hace 30 años un aliado incondicional de Estados Unidos e Israel, enclave en Medio Oriente y el Magred para los intereses de las potencias occidentales que con escuadra crearon los límites de las naciones de la región. La pregunta que surge tras el paso al lado de Mubarak, que sin duda no sólo no se presentará a las próximas elecciones sino que también tendrá que huir del país, es ¿Qué gobierno les espera a los egipcios?

Claramente, los tentáculos de los Estados Unidos evidenciados por wikileaks y las últimas declaraciones de la secretaria de Estado Hillary Clinton no serán ajenos a la conformación del nuevo gobierno. La ficha de las potencias occidentales parece ser Mohamed Elbaradein, quien fuera director de la Agencia Internacional de Energía Atómica de las Naciones Unidas y ha aparecido en los medios como la alternativa democrática para superar la coyuntura iniciando un proceso de transición sin Mubarak.

Por otro lado, la Hermandad Musulmana  es la agrupación política de oposición más fuerte de Egipto, se perfila como la otra posible salida y la que cuenta con mayor popularidad entre el pueblo egipcio. Lo que avizora que la tensión entre los intereses populares y estadounidenses no terminará con la salida de Mubarak. Si llega esta agrupación al poder se podría esperar algo parecido a lo que sucedió en 1979 con la Revolución Islámica en Irán, lo que cambiaría el mapa político de la región y posibilitaría la confrontación entre el mundo islámico e Israel.

Los sectores de izquierda y progresistas en este país, no tienen la misma connotación que en occidente, pues el elemento religioso prima más y facilita el control social. Las organizaciones políticas minoritarias vivirán por su parte la represión y exclusión política que han vivido en el gobierno de Mubarak, ya que en medio de esta tensión dialéctica parece que no hay lugar para matices. Se ha prendido una mecha que tiene  combustible para rato y que puede traer aún más consecuencias de las que se esperaban. 

(Estas y más fotos de las protestas en El Cairo las encuentras en el link http://totallycoolpix.com/2011/01/the-egypt-protests/)

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