Durante la última semana el ex alto comisionado para la paz del Gobierno Uribe, Luis Carlos Restrepo afirmó que no sabía que los desmovilizados del "Cacica la Gaitana" en 2006 no eran realmente miembros de las FARC. En entrevista a la FM de RCN, Restrepo dijo que la responsabilidad en verificar si los que se presentaban como beneficiarios de la Ley de Justicia y Paz eran miembros o no de dichos grupos eran los militares, en particular el General Mario Montoya.
Lo increíble del asunto es que el Frente "Cacica la Gaitana" no existía en ningún informe oficial del ejército, ni se sabía de acciones de este supuesto grupo. Parece ser que esta estructura ficticia es resultado de negocios entre narcotraficantes, militares y Olivio Saldaña, quien fuera guerrillero al servicio de la inteligencia militar que durante la gestión de Restrepo actúo como gestor de paz.
Aunque el ex comisionado declara estar al margen de las irregularidades, varios jefes paramilitares señalan que él incluía a narcotraficantes en Justicia y Paz a cambio de dinero. Las deficiencias del proceso de "desmonte" del paramilitarismo fueron estructurales, y poco a poco, las intenciones de legalizar los bienes obtenidos por los jefes paramilitares, además de darles penas bajas y mantener un manto de impunidad han salido a la luz.
La falsa promesa de restitución de tierras, la falta de colaboración de los jefes paramilitares, la poca entrega de cuerpos y fosas comunes, los nexos todavía ocultos de empresarios con el financiamiento de los grupos paramilitares y la colaboración de la cúpula militar y política con éstos; siguen demostrando que dicho proceso fue un verdadero circo montado por el Gobierno Uribe para deshacerse de los líderes paramilitares más "quemados" y mantener las estructuras que continúan ejerciendo el control político y económico en gran parte del país.
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